Evangélicos; únicos y verdaderos ganadores
con el voto voluntario
Parlamentarios arrepentidos pretenderán reponer la obligatoriedad
Mateo 5: 37

Desde el principio vimos la inscripción automática y el voto voluntario como una oportunidad para aumentar la influencia evangélica en los procesos electorales. Chile Cristiano hizo campaña para promover la abstención y agradece que las oraciones fueran oídas, ya que la inmensa mayoría de los chilenos no fue a sufragar, también agradece, porque la inmensa mayoría de los evangélicos si fue a votar, y los pastores evangélicos de la provincia de Valparaíso, ciudades sede de Chile Cristiano, contribuyeron poderosamente para que así sucediera, ya que prácticamente todos suspendieron las escuelas dominicales, a fin de facilitarles el tiempo a los hermanos, y los resultados están a la vista, puesto que los municipios de Valparaíso y Viña del Mar siguen bajo la autoridad de dos personas creyentes, que trabajan estrechamente con las iglesias evangélicas.
Sabemos que los parlamentarios que aprobaron el voto voluntario están muy arrepentidos, la abstención fue demasiado alta, y probablemente pretenderán restaurar la obligatoriedad, pero no debemos permitírselos, el voto voluntario es la oportunidad para ganar más cupos parlamentarios, de los que podíamos lograr con el antiguo sistema obligatorio. Ahora, haciendo una proyección de esta nueva realidad política, de frente a las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo año 2013, la influencia evangélica será determinante para escoger al primer mandatario y congresales, y ciertamente, los que dieron la espalda al pueblo evangélico, aprobando la ley que estatiza la homosexualidad, no serán reelegidos. En esta dirección, se enmarca la derrota en Santiago, señor Zalaquett municipalizó la homosexualidad el 18 de mayo del 2009 con la Ordenanza Nº 104. Personalmente, estimo que la situación del señor Sabat en Ñuñoa, es consecuencia del “progresismo” de su hija diputada.
Llevando esta línea de análisis al nivel del gobierno, hay que reconocer objetivamente que esta elección fue mala para el ejecutivo, perdió muchos votos, promovió irreflexivamente la ley que estatiza la homosexualidad sin sopesar que los beneficiados nunca agradecen políticamente estos gestos, sin recordar que estas leyes nunca producen réditos electorales, instala en el ministerio de educación a un ministro progresista que marcha alegremente con los gay, sin sopesar cuanto irrita a los conservadores, evangélicos y católicos, que le dieron el triunfo para llegar a la Moneda. En lo que resta de gobierno, ni se les ocurra mencionar el AVP, a menos que planeen suicidarse, políticamente hablando, pero, si desean proyectar a la Coalición para un nuevo periodo, que es el sentimiento normal en un gobierno, patrocinen y promuevan el proyecto del ley;Boletín Nº 7.458-07.
Llevando este análisis a la mesa donde se planifica el voto evangélico (entiéndase donde se ora a Dios), de debe reconocer exitosa la estrategia en las ciudades del gran Valparaíso y también en la comuna de Estación Central donde está la Catedral Evangélica, ya que fue determinante para que no ganaran los candidatos progresistas. Donde no entiendo la estrategia evangélica, es en la octava región, específicamente en la comuna de Concepción y pregunto: ¿El demócrata cristiano Ortiz que ganó la alcaldía, es mejor custodio de los valores cristianos que el UDI Armstrong?. A partir de esta elección municipal, quedo patente que los que votan en el país, son cinco millones quinientos mil chilenos, por lo tanto nosotros, con 4.125.000 evangélicos, somos los únicos y verdaderos ganadores con el voto voluntario. Exigimos, ahora ya, que los presidenciables nos muestren sus programas de gobiernos.